ASENTAMIENTOS ILEGALES
Existen aproximadamente 700.000 colonos judíos repartidos en más de 200 asentamientos ilegales, 300.000 de ellos en Cisjordania y el resto en Jerusalén.
El Derecho Internacional asegura que todos los asentamientos infringen el artículo 47 del IV Convenio de Ginebra, que prohíbe de forma explícita la anexión de tierras mediante el uso de la fuerza, un principio reafirmado en el artículo 2(4) de la Carta de Naciones Unidas.
La población de colonos, incluida la población judía de Jerusalén Este, ha crecido a un ritmo del 5% o más durante los últimos 20 años, casi el cuádruple que la población israelí en su conjunto.
La Corte Penal Internacional declaró el 9 de julio de 2004 que los asentamientos israelíes son ilegales y constituyen un obstáculo para la paz y el desarrollo económico y social.
La expulsión de personas y la confiscación de sus tierras para la construcción de asentamientos es una violación a las normas del reglamento de La Haya de 1907, sobre la protección de la propiedad pública y privada de un territorio ocupado.
La Resolución 452, del 20 de julio de 1979, y 465, del 1 de marzo de 1980, del Consejo de Seguridad de la ONU, exhorta a Israel a que “desmantele los asentamientos existentes y, en especial, a que ponga fin urgentemente al establecimiento, la construcción y la planificación de asentamientos en los territorios árabes ocupados desde 1967, incluido Jerusalén”.
El 23 de diciembre de 2016 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución condenando la política de Israel de establecer asentamientos en territorio palestino, reafirmando que la adquisición de territorio por la fuerza resulta inadmisible, y que en tal medida los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados desde 1967, incluyendo Jerusalén Este, no tienen validez legal y constituyen una flagrante violación al derecho internacional y un gran obstáculo para alcanzar una solución de dos estados (Palestina e Israel), así como una paz, justa, duradera y completa.
El Gobierno israelí continúa ampliando las colonias y animando la inmigración para consolidar su retención de los territorios ocupados. Las nuevas ciudades, sólo para población judía, que está construyendo el Fondo Nacional Judío en Israel, en el Negev y en Galilea, perpetúan la desposesión de la población palestina. Mientras los asentamientos judíos incluyen casas modernas con sistemas de distribución de electricidad y agua, los palestinos y palestinas
viven en poblados no “reconocidos”, sin autorización para construir viviendas para sus familias en su propia tierra.
En 2019 Naciones Unidas declaró que los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados son ilegales y constituyen una violación flagrante del derecho internacional, según lo estipula la resolución 2334 del Consejo de Seguridad