DESTRUCCIÓN DE VIVIENDAS

DESTRUCCIÓN DE VIVIENDAS 

El artículo 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que:  “Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. Nadie  será privado arbitrariamente de su propiedad”. 

Con la destrucción de viviendas Israel va extendiendo su territorio, expulsando  a la población de sus tierras y colonizando dicha zonas. En los Territorios  Ocupados, cada día se derriba una media de tres casas y, en algunos casos, las  autoridades israelíes han dado órdenes de demolición que han derrumbado  pueblos enteros. Estas demoliciones dejan a más de 300.000 palestinos bajo la  amenaza constante de perder sus hogares. 

La tasa de demoliciones ha aumentado significativamente desde la Segunda  Intifada, que daba comienzo en el año 2000 y, según muestra un estudio de  Save The Children, estas demoliciones han pasado a convertirse en la causa  principal de desplazamiento forzado en el Territorio Ocupado. 

1948, Israel comenzó a demoler las casas de la población refugiada palestina  para prevenir su vuelta. Más de 125.000 casas fueron destruidas en un  proceso llamado “limpiar las vistas nacionales”. (Comité Israelí Contra las  Demoliciones de Casas, ICAHD). 

Desde 1967 más de 30.000 viviendas han sido destruidas por las Fuerzas de  Ocupación israelíes.

Según el informe “Hogares Destruidos” elaborado en 2009 por Save the  Children, en colaboración con el Centro de la Consejería Palestina y la  Asociación para el Bienestar: 

  • Más de la mitad (52%) de los hogares fueron destruidos en una demolición  colectiva donde se arrasaron series de viviendas o barrios. 
  • Sólo el 13% de las familias tienen la oportunidad de recoger sus pertenencias  antes que empiece la demolición. 
  • Más de la mitad (61%) de las familias tardaron al menos dos años en  encontrar un sitio donde vivir. 
  • Más de una cuarta parte de las familias tuvieron que dividirse para poder  encontrar un lugar donde permanecer. 
  • Una vez la casa está demolida, la familia no solo pierde su hogar y sus  pertenencias, también es responsable de los costes de la demolición de  viviendas. Esto puede llegar a los miles de dólares. 

Junto a las casas son destruidas miles de hectáreas de tierras cultivadas,  plantaciones de olivos, centenares de pozos de agua, fabricas, granjas,  carreteras y edificios públicos. La construcción del Muro del apartheid se ha  constituido en una nueva vía para la confiscación y destrucción de tierras  palestinas por manos israelíes. 

Las Fuerzas de Ocupación israelíes suelen demoler las casas palestinas  aludiendo razones administrativas o por considerar que se han construido sin  permiso. 

La demolición de casas constituye, además, un acto ilegítimo de desalojo  forzoso, que viola el Artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos  Económicos, Sociales y Culturales.